lunes, 23 de marzo de 2015

Sentencias de Humo: Impunes.

Hola, nuevamente aquí jajja, se nota que no tengo nada que hacer y talvez sí.

Les comparto la siguiente historia que sigue de Sentencias de Humo, me pase una historia antes de la anterior ya publicada, pero digamos que publicare solo lo que me agrado del ebook que forme.



Porque la historia en si es muy cruda de ratos y no creo que sea apto, ni resistente a todo tipo de público, igualmente le aviso que lo publicare todo debido a que no funciono su venta jajaj, espero les agrade (y si no igual lo publicare), cuídense, ciao:D



IMPUNES
Nuevamente una fiesta, la oportunidad perfecta para cometer mis más perversas desviaciones…

Las observo a todas… La más inocente esa será la que lo pagara…

Esas mujeres ilusas que no se cuidan, que toman, que confían fácilmente, que están tan necesitadas de amor…

Y no se previenen de los psicópatas como yo…

Mientras yo las hago caer contándoles de lo bien que toco en una banda de rock, mientras finjo desinterés, ser algo novedoso…

Esas mujeres idiotas me contemplan con interés, deseosas de tener algo conmigo.

Mujeres estúpidas, sociedad de idiotas…

Es tan fácil para un hombre como yo, camuflarse en esta sociedad loca… Donde se siguen parámetros absurdos, donde las personas tontas se dejan convencer fácilmente por las palabras y no por las acciones, no por los hechos que lo dicen todo.

Y yo puedo tocar en una banda, ser muy feliz, muy normal, tener una novia comportarme con ella de otra manera, yo puedo tener amigos y sin embargo este desgraciado Víctor no deja de ser una perversa bestia, que arranca inocencia.

Siempre todo está calculado, analizo a mi presa….

Me sirvo de la ayuda de amigas en común para que hablen bien de mí, para que confíen en mí…

Mientras ellas me dan la fama de un buen hombre, yo conquisto otra jovencita…

La veo ahí tan alcoholizada, tan inocente…

Tan llena de problemas, comportándose como una cualquiera…

Deseosa de conquistar mi corazón…

No siento otra cosa, que ganas de hacerlas pagar…

¿A cuántas mujeres, no les abre aniquilado su alma?…

¿A cuántas ingenuas no abre drogada, sin que lo notaran?…

¿Y cuántas de ellas, me denunciaron?…

¡Ninguna!…

Se analizar tan bien a mi presa, que sé que yo nunca lo pagare…

Ellas me temen, después de aniquilar su alma…

Después de golpearlas, sobajarlas y hacerles sentir un dolor insoportable, en un grito de dolor que no pueden expresar.

¡Solo llorar!… Ahí a punto de perder el conocimiento, les digo que son unas princesas, que no deben sufrir, que todo ya ha pasado…

Y te fuiste y se fueron...

Se perdieron…

Ellas ya no quieren salir, ya no quieren saber más de las alimañas como yo…

De un sistema de justicia deficiente, que siempre nos da la razón a nosotros…

¡Eso es lo que merecen!... ¿No está escrito así en la biblia!?…

¿No fue Eva la que nos llevó a esta odisea?…

Y nuevamente otra víctima acorralada, deseosa por salir de mi habitación sin poder moverse, sin poder hablar…

Mientras yo hablo con alguien más, la grabo en su etapa más deplorable…

Me burlo, la hago que pida piedad y finja amor si no quiere morir…

… Siempre el mismo ritual, siempre las misma mujeres ilusas…

Siempre aniquilo sus almas…

Y al último, en su momento de perdición, en el momento en que la vida las traiciono…

La vida da un giro de 180 grados… Les abre los ojos, entonces lo comprenden, están junto a una bestia…

Yo finjo estar dormido, mientras ella, mí más reciente victima sale de la cama…

Se ve su ropa, esta vestida de hombre, como yo la vestí…

Por dentro me burlo…

Sale tratando de no hacer ruido, se encierra en el baño…

Ahí seguro está sufriendo en silencio, analizando cómo salir de mi casa…

Se culpa, siempre se culpan… Trabajo tan bien a mi presa, que sé que lo harán.

Busca su ropa desesperada…

Idiota… Por fin comprendió que su Dios no existía, le hice ver la maldad a flor de piel, sé que nunca podrá olvidarlo, nunca podrá olvidarme…

¿Y dónde está tu dios, mujer ilusa?...

Busca su teléfono celular, busca una respuesta…

No puede irse, necesita hablar conmigo para salir...

Y lo hace y yo me convierto en un héroe…

Busco su celular, se lo doy y calmo su pesar…

Le digo que espere a que me arregle, la hago sufrir unos instantes, mientras ella se ve en el espejo, ella cree que está soñando…

Espero un arrebato, nunca hay reacción…

Es ahí que comprendo que después de todo si valoraba su vida…

¿Y de que te sirve ahora?…

¿Y de que le sirve ahora?…

Me dice que lo pagare… Pero no puede decirlo bien, ni si quiera puede mirarme, es hipócrita, solo quiere irse.

La libero, nuevamente me convierto en un héroe…

La saco de ese lugar donde fue por su propia voluntad…

Donde juego con sus mentes, para que nunca me delaten, pues el alcohol, el beber fue su culpa…

El seguirme, el caer en mis garras también lo fue…

Y ahí en la comodidad de mi guarida, donde le es imposible salir… Ahí conocieron al ser perverso que habita dentro de mí, al extraño sin caretas…

Ya no pueden cambiarlo, ya no pueden hacer nada…

Abro la reja de la cochera, para que saque su auto, en eso siento como le da un poco de reversa, me quito al instante…

Ella se arrepiente…

Lo noto el primer instinto asesino de una de mis víctimas, pero muere en unos segundos.

¿Por qué no me asesino?...

Me subo a su auto y me despido…

Le digo: Ya no te portes mal…

Ella sumisa me dice que no lo hará…

Ya no hay reacción, en sus ojos se ve el descontrol, otra alma muerta…

Los sueños, la vida que se esfuman… Que le hacen ver la realidad, las consecuencias de sus actos…

Maneje tan bien su mente que sé que no me denunciara y se perderá en su locura, en sus cobijas, en seres que no existen para no tratar con humanos tan deplorables como yo.

Se va…

Nada volverá hacer igual…

Arranca su auto, sé que no sabe ni siquiera donde está, ni cómo llegar a su casa…

En eso veo a un hombre dentro de su auto…

Un hombre rubio de cabello en picos, está sorprendido…

Le está hablando, trata de tranquilizarla…

Luego se voltea enojado y me mira, desaparece… Ella me da un adiós hipócrita, todavía me teme.

Mi vida continua, yo me hago importante con mi banda…

Y ellas siguen perdidas, todas mis víctimas, ninguna puede lograr algo en su vida…

Yo soy visto como alguien normal, interesante, la gente me aplaude, me felicita por mi cumpleaños…

Es cuando comienzo a tocar mi cuarta canción, es que lo siento… Una mirada penetrante me lee de pies a cabeza.

Volteo, lo reconozco es aquel hombre rubio de cabello en picos que vi con mi víctima…

El hombre me ve sin parpadear, con unos ojos azules penetrantes que me quitan el aliento...

Evado su mirada, pero toda la noche lo sueño…

Estos van de uno a otro, donde el sufrimiento no acaba…

El me asesina sin piedad…

El arranca mi cabeza y la pule en una máquina de tortura con muchos picos, yo siento todo el dolor…

Siempre trato de zafarme de sus torturas, nunca puedo…

Me entierra en un tubo enorme…

Me mete a unas aspas gigantes y cercena todo mi cuerpo en varios pedazos…

Despierto, vuelve a tomarme…

Ahora me pone en una silla, estoy amarrado y con un cierra, corta todo mi cuerpo, mientras yo grito de dolor sin poder hablar, sin poder moverme…

El hombre tiene un traje especial para hacerme sufrir…

Porta una bolsa de papel café como mascara…

Sus ojos azules se pueden ver un poco…

Luego se convierten en color rojizo, salen sus garras…
Me acuchilla, yo sudo, grito…

Muevo mi cabeza, la arranca…

Me aplastan unas compuertas, luego me muelen…

Mi sangre, todo está lleno de sangre…

El saca mis entrañas y se las come…

Convertido en un animal gigante, parecido a un hombre lobo…

Y vuelve hacia mí, el recuerdo de la típica despedida…

Esa que le comparto a todas mis víctimas: ¡Ya no te portes mal!...

El la repite: ¡Ya no te portes mal Víctor!…

¡Ya no te portes mal Víctor!…

La voz se oye como mil veces en una retumbar insoportable, en una voz demoniaca que no puedo arrancar…

Despierto sudando, gritado, llorando…

¿Y si ese hombre supiera lo que yo he sufrido en vida?

¿Y si ese hombre supiera, que yo ya lo he pagado?… Luego me burlo.

Mi corazón parece salirse, en una taquicardia que no puedo parar.

Jadeo esperando calmar el susto, pero no puedo

¿Porque me hace pagar una y otra vez?

¿Porque no me deja en paz?…


Vuelvo a las presentaciones de mi grupo y nuevamente ese hombre con su mirada penetrante…

La noche cae y otra vez ese tipo torturándome, siempre de una forma distinta.

Luego le digo…

Basta…

Perdóname, ya no lo volveré hacer…

Perdóname, por favor…

Me arrodillo…

Le imploro perdón, pero no me lo da…

Mientras estoy arrodillado, ensangrentado, arrastrándome sin pies, ni manos…

Esas que él me arranco…

Le digo…

Nuevamente llorando de dolor, por favor…
Perdóname…

El hombre rubio me agarra de mi cabello y me grita…

-No, ella ya no me perdona a mí…

-Ella ya no cree en mí…

-Ella se ha muerto, se ha perdido…

-Y yo no pude salvarla, ahora está remplazándome por alimañas humanas igual que tú.
Por ficciones de estrellas, que siempre la aniquilan…

Por patanes que la destrozan, fingiendo amarla.

¡Si pudieras sentir su dolor!…

¡Si pudieras sentir el dolor!…

Sabrías que esto no es nada…

Me la has quitado y yo te quitare tu alma, tu dignidad y tu tranquilidad humana.

¡Todos lo pagaran!

Yo los asesinare a todos, jala de mi cabello, arranca mi cabeza y la aplasta con su pie…

Despierto sudando, llorando, ya no lo soporto más…

Comienzo a pensar en el suicidio… Luego se va, vuelvo a mis perversiones, vuelvo arrancar inocencias, sin ser nunca juzgado…

Sigo siendo feliz, normal para todos…

Sigo con vida y mis actos seguirán impunes…

Me fumo un cigarrillo, mientras le digo a dios que no existe…

El cigarro se acaba lo aplasto y ahí está el rubio de cabello en picos acosándome, insultándome, destrozándome…

Aniquilando mí sueño nocturno como siempre…

No puedo sentir su dolor estando despierto… No puedo arrepentirme, yo solo les hice ver que EL no existe…



FIN


Posdata: Si desean leer las historias anteriores pulsen este link, las hallaran en la parte de abajo.


Historia creación de Cecy Gutiérrez, todos los derechos reservados.

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