martes, 24 de enero de 2017

Conspiranoicos: ¡Vendidos!




Hola, otra vez yo no quería publicar, ni escribir nada, pero sigue el ruido por parte de unos tipos que según están construyendo o reparando, pero no terminan nada, solo martillan y molestan con su ruido a horas tempranas o a todas horas y es muy molesto, además de raro, ya que se tardan demasiado.

Y no terminan, y así todos los días, ni hablar siempre lo mismo, gentuza pelusa pagada o no pagada que se yo, gente que realmente me enferma, es por eso que decidí volver a escribir una historia, que describe lo que siento hacia esto que nunca acaba en este país o mundo de humanos sin respeto.



¡Vendidos! 

Un hombre de traje negro le mete entre las nalgas un billete de 100 pesos a un ciudadano común anónimo de otro país para que moleste a los enemigos imaginarios de un gobierno fascista paranoico.

Aquel ciudadano anónimo, policía encubierto o militar, se vende como puta por esos míseros 100 pesos, lo ve rubio, guapo y poderoso al hombre de traje negro y lo cree superior a él, una raza “aria” diferente.

Decide venderse por míseros 100 pesos, el piensa que así va crecer en la escala de la organización fascista capitalista o nacionalista pintada de democracia falsa, donde pretende que le den un mejor hueso. 


La contaminación, la destrucción, la venta de los recursos naturales, la experimentación o ataque a minorías étnicas, mujeres, discapacitados, homosexuales o cualquier persona que se salga de su molde o exprese la tiranía en que los tienen sometidos, es su forma de vida, ellos culpan a estos de sus desgracias.

Es la regla de su fascismo, desquitar su rabia con personas diferentes o inventarse enemigos imaginarios, dar ataques de falsa bandera, es la regla del control del miedo para someter aquellos que deseen un cambio o salirse del rebaño, cambiar el sistema monstruoso por el que se han manejado por décadas.

Ellos nunca aceptan cambios favorecedores para su entorno, ellos no desean cambiar, pues este sistema beneficia a solo unos cuantos perdedores que se creen superiores, ¡como dejar que cambie!… ¿Dónde está la evolución, la innovación, lo diferente, el equilibrio en su naturaleza, su raza aria reluciente? 


Ellos quieren ver a todos marchando a sus trabajos como autómatas, como muertos vivientes, con horarios excesivos, deambulando y aceptando sus estúpidas banalidades sin razonarlo nunca, despertando cada fin de semana en fiestas de drogas o alcohol que mitigan un poco su vacío interno, pero nunca lo solucionan… Todos esclavos u ovejas de los verdugos de la elite que traga dinero, que los sumerge en su locura colectiva, su cultura de la estupidez con tal de seguir comiendo más dinero, materialismo o tener un poder mundano mundial y jugar con cualquier ser que los haga liberar su odio propio.

Amarrados a su tecnología y progreso deteriorado, destructivo y toxico.

El saber que son una organización de siervos o amos, que a un sometidos a eugenesia sigue siendo lo mismo los enoja tanto. Es decir, monos dorados, blancos, marrones u oscuros primitivos, ahogados en el sin sentido, en el vacío interno, en la predecible monotonía.

El ciudadano anónimo molesto cree que va escalar, pero conforme pasa el tiempo ve que ya no le alcanza ni para comer, se vendió por tan poco, nunca le dieron un mejor puesto y siguió siendo el esclavo feo de estos seres que se creen superiores.

En realidad, estos ciudadanos anónimos, policías encubiertos o militares lo hacen por gusto, nadie se vende por tan poco, les han lavado el cerebro y aceptan ser putas del gobierno, defender a un sistema que los defeca encima por que tienen una pobreza mental escalofriante, se venden por insignias o premios baratos, por drogas o alcohol, por adrenalina que buscan sentir y no sacian.

Su vida es muy miserable y no lo aceptan.

Estos ciudadanos comunes están en todas partes no solo en la elite, el gobierno o su sistema de justicia, son aquellos medios de cualquier índole que gustan de vender superficialidades, violencia o estupidez como modo de vida, remedios milagrosos con precios exorbitantes, siempre de marcas extranjeras o de niños poderosos elegidos que favorezcan los intereses de la burguesía nacional o extranjera.

Se someten a sus creencias y enseñan sus signos o símbolos por todas partes como buenos fascistas, ellos nunca lo disimulan es parte de su sistema, de las creencias falsas que aprendieron, ellos ciudadanos divinos, no comunes, diferentes.

Pero el mundo a pesar de estar lleno de gente aria o esclavos siervos devotos, sigue siendo una porquería, ellos tragan energía que contamina, ellos no cambian, solo devastan su entorno, lo pueblan todo, envenenan animales, avientan tóxicos, contaminan lumínicamente o acústicamente, de todas las formas posibles, ellos quieren verlo destruido todo.

Por más eugenesia a la que se sometieron en pasados años y se siguán sometiendo, los monos de color oro, blanco, marrón u oscuro no cambia, se han vuelto peores, la tontería de creerse diferentes lo ha hecho seres repugnantes, no han llegado a una sabiduría con equilibrio entre ellos o su entorno, que es lo realmente importante.

El ciudadano anónimo y cobarde que se vendió, que nunca da la cara, que ataca como clica de cholos,  secta de iluminados, niños o adolescentes rata bravucones, policías, o militares fascistas casi nazistas, es decir de a montón, a lo lejos o con alguna arma o ruido, sigue recibiendo su billetito de 100 pesos metido en su pantalón que le deja ver la raya que divide su trasero, asomando un ojo que lo oscurece todo que nunca les otorga nada más que mucho vacío interno, mucha mierda que creen es gracia o poder.

El sigue defendiendo lo que cree importante y muere como todos los mortales verdugos en su propio infierno, en sus propios ácidos pues nunca desearon más que ofrecerse al mejor postor y anhelar un mejor hueso, nunca quisieron un mundo limpio, tranquilo y mejorado, solo sobresalir en la congregación de los estúpidos que atacan minorías o pequeños enemigos no grandes, para seguir proclamando la conspiración del miedo como sistema de control.



FIN.

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